Hemos escuchado hablar mucho sobre la Vitamina C, sobre todo por sus propiedades en reforzar el sistema inmunológico. Desde su ‘descubrimiento’ (1747) el médico inglés James Lind postuló que se encontraba en las frutas. Sometió a unos marineros que estaban en alta mar y presentaban una enfermedad caracterizada por malestar, letargo, sangrado en las encías, problemas para cicatrizar, caída de los dientes e incluso muerte a 6 dietas diferentes viendo como mejoraban los que consumían frutas. En el 1937 Albert Szent-Györgyi recibe el premio Nobel por sus hallazgos sobre la vitamina C, llamado entonces el factor anti-escorbuto.
Por: Dr. Luis Felipe Santana /@dr.luissantana